Cuatro personas murieron y ocho quedaron heridos a causa del atentado de ayer jueves contra la catedral ortodoxa de Damasco (Siria), una de las más antiguas del mundo, y que fue perpetrado por un terrorista suicida.

Según informó la agencia árabe siria de noticias, el templo se encuentra en uno de los pocos barrios de mayoría cristiana en la capital del país. El hecho ocurrió cuando un grupo de personas estaban recibiendo servicios médicos de caridad, quedando destruida la oficina de la organización caritativa al-Ihsan y causando graves daños materiales en la zona.

Según las primeras informaciones, el atacante suicida sería una mujer que se infiltró entre las personas que hacían una cola para recibir víveres y bienes de primera necesidad distribuidos por los religiosos.

Sólo cuatro días antes de este atentado, el sacerdote sirio François Murad fue muerto en el convento de la Custodia de Tierra Santa, en Gassanieh, en el norte de Siria, donde se había refugiado.

La catedral es una de las más antiguas del mundo y es la sede de la Iglesia griega ortodoxa de Antioquía y se encuentra en el casco antiguo de Damasco, que tiene unos cuatro mil años de historia.

Según los datos de la ONU, más de 93.000 personas murieron desde que comenzaron, hace más de dos años, los combates armados.