Expresando su preocupación por sistemas económicos "perversos", por la pobreza, la falta de empleo, la migración y la persecución religiosa de familias, el Sínodo de los Obispos pidió hoy en su mensaje final que los gobiernos y los organismos internacionales promuevan los derechos de la familia "para el bien común".
Los Padres Sinodales señalaron que "pensamos en las dificultades económicas causadas por sistemas perversos", así como "en el padre o en la madre sin trabajo, impotentes frente a las necesidades aun primarias de su familia, o en los jóvenes que transcurren días vacíos, sin esperanza, y así pueden ser presa de la droga o de la criminalidad".
"Pensamos también en la multitud de familias pobres, en las que se aferran a una barca para poder sobrevivir, en las familias prófugas que migran sin esperanza por los desiertos, en las que son perseguidas simplemente por su fe o por sus valores espirituales y humanos, en las que son golpeadas por la brutalidad de las guerras y de distintas opresiones".