La irrevocabilidad de la acción de casarse está, de acuerdo a Schockenhoff, "fundada en lo que el amor de hecho quiere" y "la indisolubilidad del matrimonio no es un aspecto prescriptivo que llega de fuera; sino un pedido que los esposos se hacen cuando confían en su amor".
François-Javier Amherdt, un profesor de Friburgo, resaltó que un acto sexual que ocurre fuera del contexto del matrimonio "permanece incompleto" y que la "fecundidad se necesita para ejercitar plenamente la sexualidad". Entonces, "¿qué hacemos con las relaciones sexuales que están fuera de la alianza matrimonial?"
Amherdt considera que uno debe discernir "de acuerdo a la situación… tenemos que dar una palabra antes que buscar la condena, de acuerdo a la atención pastoral del acompañamiento" y afirmó que no todas las situaciones de convivencia son iguales y que "desde una perspectiva moral y pastoral" estas relaciones no pueden ser "completamente desacreditadas" como "deficiencias. Además, en algunos casos se dan debido a presiones de contexto y a la falta de referencias para la educación de los sentimientos".
La "teología de la biografía" fue luego desarrollada por la teóloga Eva-Maria Faber que escribió que la Iglesia tradicionalmente se ha centrado en el matrimonio como una vida de comunión que "a veces lleva los esposos a ser considerados solo como una pareja. La persona individual con su biografía individual respectiva tiende a permanecer excluida".
Faber se enfoca en los individuos y en sus ambiciones personales más allá del matrimonio y enfatiza que "es deplorable que incluso la teología del matrimonio de la Iglesia con frecuencia no permite la suficiente atención dada a la individualidad de los esposos en el matrimonio".
Luego sugiere que "una perspectiva biográfica del matrimonio, adaptada a situaciones reales que llevan hacia la correspondiente espiritualidad del estado marital, también informaría el lenguaje de la Iglesia".
Tal perspectiva significaría que "el marco doctrinal y normativo no puede considerarse en todas las situaciones individuales, en vez de ello debe permanecer abierto a la dignidad y la unicidad de las personas individuales y la situación", resalta Faber. En su opinión también debe haber una "práctica (desarrollada) de reconocer también a las parejas" que "no encajan en las normas" de la indisolubilidad del matrimonio.
En el debate que siguió a las presentaciones, se remarcó que "es incorrecto" llamar "pecado permanente" a las segundas nupcias y que la reconciliación es "irrenunciablemente un camino para todos los hombres y para todas las situaciones de vida".
"El hecho de que para los divorciados vueltos a casar… que son sexualmente activos, no haya posibilidad de reconciliación, es un callejón sin salida", concluye el grupo. "Esta situación tiene que superarse para no poner en peligro la credibilidad de la Iglesia cuando habla sobre la importancia de la reconciliación".
Los participantes del encuentro también subrayaron el rol de la Eucaristía como "terapia y Consuelo" que no puede ser ensombrecida por su "simbolismo de unidad de la Iglesia".
Al final, la propuesta de los obispos alemanes y de quienes los apoyan, está centrada en una teología humana que cambia con el "espíritu" de los tiempos y que valida todas las situaciones y opciones que se difunden actualmente, una perspectiva que es contraria a la doctrina de la Iglesia Católica.
Andrea Gagliarducci
Andrea Gagliarducci es periodista y analista del Vaticano para ACI Stampa.