19 de octubre de 2010 / 08:49 AM
Ayer por la tarde se dio a conocer la "Relatio post disceptationem" (Relación después de la discusión) en español, en la que los miembros de la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para Medio Oriente que se realiza en el Vaticano hasta el 24 de octubre resaltan la necesidad de la libertad religiosa, la unidad, las relaciones ecuménicas e interreligiosas, así como su aporte a través del testimonio de los católicos de esta región del mundo.
El texto señala que "el anuncio del Evangelio y el anuncio de Cristo a todos los pueblos es el deber supremo de nuestras Iglesias y de todas las Iglesias. Nuestras Iglesias necesitan despertar de nuevo su celo misionero renovando en nosotros el significado, el ardor, el impulso y el dinamismo misioneros. Es indispensable la formación misionera de nuestros fieles, y sobre todo de nuestros responsables de la vida de la Iglesia".
Asimismo indican la exigencia de no politizar la religión, al tiempo que los cristianos deben estar comprometidos por el bien común. "Las situaciones político-sociales de nuestros países –prosigue el texto– repercuten directamente sobre los cristianos, los cuales sienten de manera más intensa las consecuencias negativas".