Durante la Sexta Congregación General del Sínodo de los Obispos realizada ayer miércoles por la tarde, los prelados afirmaron que "la Iglesia no es una aduana, sino una casa paterna y por lo tanto debe acompañar pacientemente a todas las personas, incluso a aquellos que se encuentran en situaciones pastorales difíciles".
"La verdadera Iglesia Católica cuenta con familias sanas y con familias en crisis, de ahí que en el esfuerzo de santificación diaria no deba mostrarse indiferente ante la debilidad porque la paciencia implica la ayuda activa a los más débiles", expresaron los obispos durante el debate del tema previstos en el Instrumentum laboris: ''Las situaciones pastorales difíciles. Situaciones familiares / Acerca de las uniones entre personas del mismo sexo''.
Según informó la Santa Sede, los prelados señalaron la necesidad de agilizar los procedimientos para los casos de nulidad matrimonial y la incorporación de laicos más competentes a los tribunales eclesiásticos, "pero también se señala el peligro de la superficialidad y la necesidad de salvaguardar siempre el respeto a la verdad y los derechos de las partes".