Apenas dos horas después de su llegada a Cesena, el Papa Francisco se trasladó de nuevo en helicóptero hasta Bologna. Allí se reunió en primer lugar con unos mil inmigrantes y personas que desarrollan servicio de asistencia de uno de los centros que se hace cargo de ellos.
"La integración inicia con la conciencia" y "el contacto con el otro lleva a descubrir el 'secreto' que cada uno lleva consigo y también el don que representa, a abrirse a él para acoger los aspectos válidos, aprendiendo así a querer bien y venciendo el miedo, ayudándolo a integrarse en la nueva comunidad que lo acoge", dijo el Papa.
"Quiero llevar conmigo vuestros rostros que piden ser recordados, ayudados, diría 'adoptados'", afirmó ante la emoción de los que lo escuchaban.