Ser santos es posible al caminar con la Iglesia Católica, recuerda Obispo

El Obispo de San Sebastián (España), Mons. José Ignacio Munilla, recordó con motivo de la Solemnidad de San Ignacio de Loyola que la santidad del hombre sólo es posible en comunión con la tradición de la Iglesia Católica.

En la Misa celebrada el 31 de julio en la iglesia parroquial de San Sebastián de Soreasu de Azpeitia, País Vasco, donde se encuentra la pila bautismal donde fue bautizado San Ignacio de Loyola, Mons. Munilla recordó que la espiritualidad de este santo fue el mejor antídoto contra la fractura que Lutero introdujo entre Cristo y su Iglesia.

"San Ignacio es ejemplo de una fe viva e incólume en el ‘Cristo total’ sostenida fielmente en un tiempo histórico en el que muchos rompieron con la Iglesia. Su figura nos demuestra que sólo los santos hacen la auténtica lectura del Evangelio, en comunión con la Tradición de la Iglesia. Todo lo demás, son meras ideologías de los hombres, aunque a veces se disfracen de argumentos teológicos", afirmó.

Además, Mons. Munilla recordó que "los seguidores de Jesús estamos llamados a vivir un proyecto de vida cristocéntrico y no egocéntrico", tal y como vivió San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús.

El Prelado resaltó que cuando se debilita la confesión de la divinidad de Jesucristo y se habla de Él como de un mero hombre, la Iglesia pasa a ser percibida como una mera institución humana. Por el contrario, "cuando Cristo es confesado como Dios y Hombre verdadero, entonces la Iglesia es mucho más que una institución humana: es la prolongación de la presencia de Dios entre nosotros; es el Cuerpo Místico de Cristo por cuyas venas corre el Espíritu de Cristo", exclamó.

San Ignacio de Loyola

Íñigo López de Loyola nació en el año 1491 en Azpeitia (España), en el seno de una familia noble cercana a la Casa Real. Combatió en la guerra contra los franceses, y fue un gran devoto de Nuestra Señora de Montserrat, en cuyo santuario dio comienzo a una vida de pobreza, oración, y penitencia.

Tras una fuerte experiencia mística, Ignacio escribió el libro Ejercicios Espirituales y más tarde, en el año 1534, fundó la Compañía de Jesús, que cuenta actualmente con 19 mil miembros entre sacerdotes, estudiantes y hermanos.