Al recibir esta mañana las cartas credenciales del nuevo Embajador de la República de San Marino, Sante Canducci, el Papa Benedicto XVI advirtió que "separar totalmente la vida pública del valor de las tradiciones" que han surgido de la fe cristiana que ha nutrido a "nuestros pueblos", significaría "acabar en un callejón ciego y sin salida".
Por esa razón, dijo el Santo Padre en su discurso, "es necesario volver a definir el sentido de una laicidad que subraye la verdadera diferencia y autonomía entre los diferentes miembros de la sociedad, pero que conserve también las competencias específicas en un contexto de responsabilidad común".
Benedicto XVI explicó que la cristiana ha constituido "el 'alfabeto' espiritual que ha hecho posible a nuestros pueblos escribir a lo largo de los siglos nobles páginas de historia civil y religiosa" por lo que "representa un precioso patrimonio que no se puede desbaratar, un patrimonio que hay que incrementar con la aportación de los descubrimientos modernos de la ciencia, de la técnica y de la comunicación, puestos al servicio del verdadero bien del ser humano".