13 de diciembre de 2008 / 11:02 AM
En su visita esta mañana a la Embajada de Italia ante la Santa Sede, el Papa Benedicto XVI señaló que la necesaria distinción entre Iglesia y Estado no solo está en la estructura fundamental del Cristianismo; siendo reconocida y respetada por la Iglesia Católica, sino que es también "un gran progreso de la humanidad y una condición fundamental para su misma libertad".
En su discurso pronunciado luego del concierto de música clásica ofrecido en su honor, el Papa resaltó las buenas relaciones que mantiene la Santa Sede con el Estado italiano y aseguró que esta sana separación entre el Estado y la Iglesia es también condición para que la ésta última cumpla "su misión universal de salvación entre todos los pueblos".
Por ello, explicó Benedicto XVI, la Iglesia "siente como tarea suya, siguiendo los dictámenes de la propia doctrina social, argumentada 'a partir de aquello que es conforme a la naturaleza de todo ser humano', el despertar en la sociedad las fuerzas morales y espirituales, contribuyendo a abrir las voluntades a las auténticas exigencias del bien".