El Senado de Argentina aprobó la llamada ley de "muerte digna". Si bien en el debate se insistió en que esta no es una ley sobre eutanasia, la norma contempla la posibilidad de quitar la alimentación y la hidratación a los pacientes terminales.
Esta norma recuerda los emblemáticos casos de la estadounidense Terri Schiavo (2005) y la italiana Eluana Englaro (2009) que murieron a causa de la inanición y la deshidratación días después de que se les suspendiera los cuidados básicos de alimentación e hidratación por medio de sondas, luego de que las autoridades decidieran aplicar la eutanasia.
Diversas organizaciones y personalidades argentinas criticaron esta nueva norma que modifica el artículo 2 sobre la ley de derechos del paciente en su relación con los profesionales e instituciones de la salud.