El origen del término Camarlengo, proveniente de "camerarius", se remonta al siglo XII, y era el encargado de la "Camera thesauraria", la cámara del tesoro, actualmente conocida como Cámara Apostólica, que si bien originalmente tenía una función de administración de bienes temporales de la Santa Sede, actualmente funciona únicamente durante la sede vacante.
El cargo de Camarlengo recaía con frecuencia en un Cardenal, pero esto no fue obligatorio hasta el siglo XVI. Siempre fue asistido por un vice camarlengo, un auditor general y los "clérigos prelados", además de un notario.
Para el siglo XIX, la Cámara Apostólica fue principalmente un tribunal de los Estados Pontificios, pero en 1908 le fueron confirmadas sus funciones de poder temporal por el Papa San Pío X.