En la tradicional catequesis de los miércoles, el Papa Benedicto XVI recordó ante los 30 mil peregrinos reunidos en Plaza San Pedro, que en Jesucristo se manifiesta el amor divino de modo concreto y existencial.
En su reflexión, el Santo Padre destacó cómo “el amor divino es concreto, se hace visible y casi se puede experimentar. Esta realidad, vivida ya por el pueblo de Israel, se manifiesta de un modo totalmente nuevo y especialmente elocuente en Jesucristo, en el misterio de su muerte y resurrección, que es la máxima expresión de la libertad y de la salvación”.
El Pontífice hizo notar “la amplia y apasionada invitación a alabar al Señor”, tras la cual surge “la voz solista proclamando la profesión de fe. Este Credo constituirá la sustancia de todo el himno, que revela una proclamación de la grandeza del Señor, manifestada en sus obras maravillosas”.