Durante su primer encuentro con los miembros del cuerpo diplomático acreditados en el Vaticano, el Papa Benedicto XVI expresó su deseo de establecer relaciones con más países donde hay comunidades católicos y aclaró que la Iglesia no les pide privilegios.
"La Iglesia Católica seguirá ofreciendo su colaboración para salvaguardar la dignidad de cada ser humano y el servicio al bien común. No pide privilegio alguno para sí, sino únicamente las condiciones legítimas de libertad y de acción para su misión", indicó el Pontífice en la Sala Regia.
En su discurso en francés, agradeció a los embajadores y autoridades de los países que representan por su participación en el funeral de Juan Pablo II y en las celebraciones de su elección y de comienzo del pontificado.