El Papa Juan Pablo II aseguró hoy que “la fe en Cristo muerto y resucitado” permite a la Iglesia dar una respuesta a “las más delicadas e ineludibles cuestiones que surgen en el alma humana frente al sufrimiento, la enfermedad y la muerte”.
“La fe en Cristo muerto y resucitado hace que esas preguntas encuentren el consuelo de la esperanza que no nos defrauda”, señaló el Pontífice al recibir en el Vaticano a 60 miembros del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, que celebran su sesión plenaria.
Según el Papa, “el mundo actual, que a menudo no posee la luz de esta esperanza, sugiere soluciones de muerte. De ahí la urgencia de promover una nueva evangelización y un testimonio fuerte de fe activa en estos sectores ampliamente secularizados".