28 de noviembre de 2006 / 11:02 AM
Al reunirse con el Ministro de Asuntos Religiosos de Turquía, Mehmet Aydin, el Papa Benedicto XVI destacó los puntos en común de cristianos y musulmanes que deberían permitir un diálogo “sincero entre amigos”, y recordó la urgencia de que se garantice la libertad religiosa.
El Papa agradeció la amable acogida con que lo recibieron las autoridades locales y dirigió un “saludo afectuoso” a todos los musulmanes en Turquía.
Tras señalar que Turquía es un país “muy querido para los cristianos” porque “muchas de las primeras comunidades de la Iglesia se fundaron aquí y maduraron, inspiradas por la predicación de los apóstoles”, reconoció que en este lugar ha florecido “la civilización islámica en los más diversos campos, incluyendo la literatura y el arte”.