En el mensaje que dirigió a los participantes en un simposio internacional sobre "Dignidad y derechos de la persona discapacitada mental", el Papa Juan Pablo II hizo una férrea defensa de la necesidad de amar y ser amados de los seres humanos con esta desventaja.
El Santo Padre señaló que merece especial atención “el cuidado de las dimensiones afectivas y sexuales de la persona discapacitada” porque “también ella tiene necesidad de amar y de ser amada, de ternura, de cercanía y de intimidad”.
Por desgracia, explicó, “la persona discapacitada debe vivir estas exigencias legítimas y naturales en una situación de desventaja, que se hace cada vez más patente con el paso de la edad infantil a la adulta. Busca relaciones auténticas en las que poder ser apreciado y reconocido como persona".