Luego de que otra denuncia por abusos sexuales en Estados Unidos contra el Vaticano fuera retirada, el abogado de la Santa Sede en ese país, Jeffrey Lena, señaló que estas acusaciones que se desmoronan parten de la idea errónea de que el Vaticano tiene control sobre todos los sacerdotes, como si estos fueran empleados suyos.

La denuncia rechazada es la de un hombre en Oregon, estado de Portland (Estados Unidos) que aseguró haber sufrido el abuso sexual de un sacerdote hace cerca de 50 años. El Padre Andrew Ronan, de los Frailes Siervos de María, que abusó de menores en Irlanda y en Chicago.

El presbítero fue luego transferido a Portland, donde supuestamente abusó de John Doe –seudónimo utilizado en procesos judiciales en Estados Unidos para mantener el nombre en reserva.

Ronan dejó el sacerdocio en 1966, luego de que la Arquidiócesis de Portland comenzara un proceso contra él. Finalmente el sacerdote fue expulsado del estado clerical y murió en 1992.

A pesar de que el demandante llegó a un acuerdo con la orden religiosa del sacerdote, junto a su abogado decidieron denunciar al Vaticano, asegurando que este aprobó la transferencia y era legalmente responsable de su comportamiento.

La demanda fue desestimada en agosto de 2012 por un juez federal, señalando que el Vaticano no era el empleador del exsacerdote acusado de abusos. El caso se encontraba en la corte de apelaciones cuando él mismo pidió que se retirara la denuncia.

Sus denuncias contra la Diócesis de Portland y la Arquidiócesis de Chicago fueron desestimadas hace varios años.

Lena señaló que este es "el tercer caso de su tipo contra la Santa Sede en desintegrarse ante el desafío jurídico y fáctico".

Para el abogado del Vaticano, acusaciones como esta, que "nunca debieron haber sido planteadas", están basadas en "ideas erróneas sobre la Iglesia Católica", sobre "inexactitudes fácticas y silogismos falaces que engañaron al público durante años".

El jurista indicó que las acusaciones contra el Vaticano comienzan con "denuncias muy fuertes", que parecieran involucrar a la Santa Sede en asuntos de las iglesias locales y la conducta de sacerdotes, pero tras un cuidadoso análisis y examen legal, resulta claro que estas acusaciones "no son sostenibles".

En este caso, el Vaticano ha aclarado que tomó conocimiento de las acciones del sacerdote Ronan luego de que este llegara a Portland, y que no tiene control sobre los movimientos individuales de los sacerdotes.

Jeffrey Lena indicó que "el problema con la teoría del denunciante es bastante simple: Así no es como funciona la Iglesia Católica".

En la Iglesia, indicó, los superiores locales son quienes tienen el control sobre los sacerdotes y hacen decisiones sobre su localización.

"Los sacerdotes no son 'empleados' de la Santa Sede en virtud de su estatus clerical, y la Santa Sede no recibe ni mantiene información sobre todos los sacerdotes del mundo, o sobre todos los casos de abusos sexuales relacionados con sacerdotes alrededor del mundo", indicó.

El abogado de la Santa Sede señaló que el hoy Obispo emérito Benedicto XVI y el Papa Francisco han provisto de "liderazgo moral" para resolver el problema de los abusos en la Iglesia, moviendo a que los obispos estadounidenses crearan "lineamientos sólidos" para prevenir abusos y crear conciencia sobre estos.

"Hemos visto el extenso daño que el abuso ha hecho a cuerpos y almas. El daño ha sido grande. En algunos lugares, las bancas (de las iglesias) han sido abandonadas por este problema. Y aún así, hay mucho espacio para la esperanza y renovación", aseguró.

Los "programas agresivos de concientización sobre los abusos y su prevención" han originado un "cambio real", dijo.

Los abusos sexuales pueden ser enfrentados de forma constructiva cuando son "abiertamente reconocidos y enfrentados" aseguró Lena, quien confía en que la Iglesia llegue a ser reconocida por sus "modelos de prevención" y no sea nunca más "fuente de escándalo".