6 de septiembre de 2010 / 12:55 PM
El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, manifestó la condena moral del Vaticano a la anunciada lapidación de la mujer iraní Sakineh Mohammadi.
El sacerdote comentó que Sajjad Ghaderzadeh, hijo de la mujer, pidió al Papa Benedicto XVI que intervenga para detener la ejecución de su madre. Indicó que respondiendo a este pedido, la Santa Sede condenó moralmente y se movilizó para detener la lapidación de la mujer condenada por adulterio y cuya ejecución podría ser inminente.
En declaraciones a la prensa, señaló que “la Santa Sede sigue el caso con atención y participación”. Recordó que la posición de la Iglesia es contraria a la pena de muerte y que “la lapidación es una forma particularmente brutal”.