El Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU en Ginebra, Arzobispo Silvano Tomasi, expresó sus condolencias a las víctimas y deudos del terremoto que golpeó duramente a Haití el pasado 12 de enero, en el que fallecieron unas 150 mil personas; y reiteró que la Iglesia sigue trabajando para reconstruir este país colocando en primer lugar la defensa de los derechos humanos de la población.
En su intervención en la 13° Sesión Especial del Consejo de Derechos Humanos sobre el proceso de recuperación de Haití, el Nuncio hizo un breve repaso también de la destrucción sufrida por la Iglesia en este país, con la pérdida de muchos de sus miembros, entre los cuales está el Arzobispo de Puerto Príncipe, Mons. Serge Miot.
La emergencia actual tras esta tragedia, continuó Mons. Tomasi, "muestra claramente la necesidad y el valor del respeto a los derechos humanos. En el caso de Haití, el derecho a la vida, el alimento, el agua, la salud, el desarrollo, la adecuada expectativa de vida, el derecho a un trabajo decente, entre otros, ya eran desde hace tiempo ausentes".