La Santa Sede volvió a intervenir en el encuentro anual de los Estados Partes en la Convención sobre prohibiciones o restricciones del empleo de ciertas armas convencionales que puedan considerarse excesivamente nocivas o de efectos indiscriminados (CAC) de la Organización Nacional de las Naciones Unidas (ONU).
Lo hizo a través del Observador Permanente de la Santa Sede, el Arzobispo Silvano Tomasi, en la Oficina de la ONU en Ginebra. El representante del Vaticano presentó tres cuestiones durante su intervención del 13 de noviembre.
En primer lugar habló del trabajo sobre los sistemas de armas letales autónomas y explicó que "es necesario un enfoque global: científico, jurídico, cultural, económica, ético y humanitario" para lo que "la Santa Sede ha expresado su posición sobre la cuestión durante la reunión informal".