29 de noviembre de 2004 / 10:37 AM
El Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls, aclaró este fin de semana que la entrega de las reliquias de los Santos Juan Crisóstomo y Gregorio Nacianceno al Patriarca Bartolomé I no fue un acto de “reparación” sino de comunión.
Navarro Valls observó que “algunos medios de comunicación han difundido la noticia de que el gesto del Papa Juan Pablo II, de gran importancia eclesial y expresión de la ‘comunicatio in sacris’ existente entre el Oriente y el Occidente cristianos, sea una ‘reparación’ y un modo para el Papa de ‘pedir perdón’ por parte de la Iglesia Católica por la sustracción de las reliquias al Patriarcado ecuménico durante la cruzada del siglo XIII”.
El vocero de la Santa Sede explicó que “esa interpretación es inexacta desde el punto de vista histórico porque, entre otras cosas, los restos mortales de San Gregorio Nacianceno llegaron a Roma en el siglo VIII, en la época de la persecución iconoclasta, para ponerlas a salvo”.