El Obispo de Avellaneda-Lanús, Mons. Rubén Oscar Frassia, señaló que "el sacerdote tiene que unirse a Cristo, el Buen Pastor. El buen pastor es consecuente hasta el final. No abandona en mitad de camino. No se baja del tren antes de llegar a la estación final. No abandona a Dios y no abandona al pueblo que Dios le ha confiado".
En la reciente ordenación sacerdotal de Mario Antonio Ghisaura, el Prelado argentino explicó que "la paternidad sacerdotal es una paternidad que tiene que durar para siempre, hasta el final. Te deseo que puedas perseverar hasta el final, ya que no hay regreso ni retorno. Porque si retornas, abandonas a Dios o abandonas a tu pueblo".
En su homilía de la Misa de ordenación celebrada en la Catedral diocesana, el Obispo dijo que "es evidente que Dios tiene la habilidad de ‘complicar’ la vida a las personas. Y este regalo que Dios hace también tendrá que ser expresado en un tono de entrega personal hasta el final".