24 de noviembre de 2020 / 12:45 PM
El Papa Francisco reconoció el milagro atribuido al Siervo de Dios Mario Ciceri, sacerdote diocesano del norte de Italia que dedicó su actividad pastoral a los jóvenes y enfermos, también durante la segunda Guerra Mundial, y falleció en 1945 después de haber sido atropellado mientras viajaba en bicicleta.
El Siervo de Dios Mario Ciceri fue un sacerdote diocesano que nació el 8 de septiembre de 1900 en la localidad italiana de Veduggio localizado en la provincia de Milán.
Fue ordenado sacerdote el 14 de junio de 1924 y después nombrado coadjutor de la parroquia de San Antonio Mártir en la localidad de Brentana en Sulbiate (en el norte de Italia) en donde permaneció toda su vida y se dedicó en particular a los jóvenes en el oratorio y al cuidado de los enfermos.