Un sacerdote mantuvo firme la esperanza de los pasajeros de un crucero al que se le denegó la entrada a varios puertos por el temor al Coronavirus, pero que finalmente pudo desembarcar en Camboya este viernes 14 de febrero, tras descartarse cualquier peligro de infección.
El crucero Westerdam, que pertenece a la empresa Holland America, permaneció en el mar cerca de dos semanas tras visitar Hong Kong, ciudad con cerca de 50 casos de una variedad de Coronavirus identificada como COVID-19. Previo al desembarco, habían sido rechazados por las autoridades de Taiwán, Filipinas, Guam y Tailandia.
Además de los 1.455 pasajeros y 802 tripulantes, al interior del crucero iba un sacerdote del Apostolado del Mar de los Estados Unidos de América, cuyo nombre se pidió que se mantenga en reserva. Él se encargó de que los pasajeros tengan compañía espiritual, reciban los sacramentos y tengan mejores ánimos para afrontar la difícil situación.