El Padre Peter Watchasin, sacerdote que sirve en Bangkok y director nacional de las Obras Misionales Pontificias en Tailandia, lamentó el suicidio de 600 desplazados por el trauma post-inundaciones que sufrieron a causa de las lluvias torrenciales en ese país en los últimos días.
"El único remedio es demostrar inmediatamente a los desplazados una gran prueba de solidaridad, para hacerles entender que no están abandonados a sí mismos", señaló el sacerdote.
Asimismo, explicó que "se necesitan alimentos, medicinas, ropa, tiendas de campaña y también equipos de médicos y psicólogos especializados para abordar el impacto del trauma".