"Un ejemplo, el 'Desgraciado Challenge'. Varios jóvenes, normalmente chicas, cuentan por turnos las peores situaciones que han vivido, y aplauden después de cada una. Eso incluye a veces decir que se han acostado con el novio de otra, que sus padres les han pillado con un chico en la cama, o borrachas en algún lugar".
Otro ejemplo: "un reto en el que chicas aparecen mirando fijamente a cámara y repente bajan de golpe la cabeza como si fueran a hacer una felación a quien miran, y se corta el vídeo".
El sacerdote dijo que otro ejemplo "son los bailes hipersexualizados que hacen, también sobre todo las chicas. Esto está más que normalizado pero, ¿es normal? Bailes que van creando en chicos y chicas una mentalidad cosificadora de la persona, y peor aún, que, como explica Anna Plans en el libro 'Respeta mi sexualidad', son descargados y subidos a la Dark Web por pederastas bajo el nombre de 'vídeos de aperitivo'".
El P. Bronchalo concluye con una triple exhortación. A los padres los anima a no ser "ingenuos acerca del contenido que ven o crean vuestros hijos en Tik Tok. Hay que educar, hay que saber qué hacen, hay que formarse, hay que enseñar, corregir y hasta prohibir cosas por su bien".