El testimonio y denuncias del P. Christopher Hartley Sartorius sobre los maltratos y abusos que sufren los trabajadores azucareros –o bateyes-, en República Dominicana son recogidos en el libro “Esclavos en el Paraíso”, presentado este lunes en España.

El libro, escrito por Jesús García y editado por LibrosLibres, recoge la historia de la lucha del sacerdote español entre 1997 y 2006 por los derechos de los haitianos cultivadores de azúcar en la República Dominicana, hasta su expulsión del país.

“Yo, sacerdote de Jesucristo, que un día daré estrechas cuentas al Supremo Pastor de cómo ejercí el pastoreo de unas ovejas, de unas gentes, que sólo le pertenecen a Él, denuncio de la manera más explícita a tres familias: las familias Vicini, Fanjul y Campollo”, expresó el misionero en referencia a los principales grupos de la industria azucarera dominicana.

“Y denuncio al Presidente de la República y a los miembros del gobierno dominicano, que  junto a otros estamentos como son algunos jueces corruptos, la policía nacional, las fuerzas armadas y otros cuerpo de la seguridad del estado que han sido cómplices desde tiempo inmemorial de estos crímenes que sumen a miles de hombres, mujeres y niños, tanto de origen haitiano como dominicano, a condiciones de vida de cuasi-esclavitud”, añadió durante la presentación del libro.

El sacerdote, que ahora realiza trabajo pastoral en Etiopía, denunció también “la complicidad del gobierno de los Estados Unidos por haber permitido que durante décadas toda esta caña cosechada con la sangre, el sudor y las lágrimas de estas pobres gentes, se haya exportado en su práctica totalidad a los Estados Unidos, sin darle la menor importancia a las condiciones en que era cosechada, por lo que a la violación de derechos humanos y laborales respecta”.

Durante la presentación, el P. Hartley recordó sus deseos juveniles de ser misionero, los cuales han sido superados por “la vida que me ha tocado vivir”. “Jamás he vuelto a ser la misma persona. Y es que ya no sé mirar a Dios si no es en el icono de los rostros y las vidas de los hombres mis hermanos, los más pobres de los pobres”, afirmó.

Por ello, reivindicó la doctrina social de la Iglesia, “desconocida por muchos católicos”, y en la que descubrió un tesoro que le permitió realizar todas sus denuncias “sin recurrir nunca a doctrinas extrañas”.

En ese sentido, dijo que si bien hubo logros como la erradicación del trabajo infantil o que el bajísimo sueldo de los bateyes fuese pagado en dinero y no en vales, “aún hoy viven vidas de bestia”.

“Ante este crucifijo les digo que si hacen un contrato laboral a cada uno de los trabajadores de los bateyes y les garantizan sus derechos humanos y sus necesidades básicas, jamás volverán a oír mi voz”, expresó a los responsables del maltrato que sufren los bateyes.

Por su parte, el autor del libro, Jesús García, explicó que la obra nació hace siete años cuando entrevistó al P. Hartley para un artículo. “La historia me apetecía, pero cuando le conocí a él, además me abdujo: ya no pude salir de ella. Salí de su casa como si me hubiese pasado por encima un trolebús”, expresó.

Para más información, se puede escribir al departamento de Comunicación de LibrosLibres mmalbesa@hotmail.com