9 de abril de 2007 / 07:30 AM
El Padre Fransiskus Madhu, el misionero verbita asesinado el 1 de abril en Filipinas y uno de los sacerdotes más jóvenes el país, sabía que su labor misionera implicaba grandes riesgos y estaba dispuesto a dar su vida por el Evanglio, según relató a la prensa uno de sus amigos más cercanos.
En declaraciones al diario Inquirer de Filipinas, el Padre Patrick Guru, describió al fallecido sacerdote como un hombre enérgico que hace dos años llegó de Indonesia "para servir y traer paz" y terminó convirtiéndose en una víctima de la violencia que sacude al país.
El P. Guru, también indonesio, aseguró que "debemos condenar este asesinato, y todos los asesinatos. Es muy fácil matar y por eso debemos crear un ambiente pacífico comenzando por nosotros mismos". El sacerdote dice desconocer el móvil del crimen pero confía en las autoridades.