Tras el fallo del Tribunal Supremo de Italia que autoriza la desconexión del tubo que hidrata y alimenta a Eluana Englaro, una joven que vive en estado vegetativo desde 1992, las religiosas a cargo de su cuidado han expresado su deseo de hacerse cargo de ella y han precisado que no van a acatar la orden de la corte pues eso sería causarle la muerte.
En una carta publicada en el diario Avvenire, las Hermanas de la Misericordia de Lecco explican que "nuestra esperanza, y la de muchos de nosotros, es que la muerte por hambre y sed de Eluana, y la de otros en su condición, no llegue a suceder".
"Por esa razón, una vez más, reafirmamos nuestra disponibilidad, ahora y en el futuro, para seguir sirviendo a Eluana. A aquellos que la consideran muerta, dejen que Eluana se quede con nosotras que la sentimos viva. Solo pedimos el silencio y la libertad de amar y de dedicarnos a quienes son débiles, pobres y pequeños", prosigue la misiva.