27 de agosto de 2004 / 08:57 AM
Un numeroso grupo de religiosas mexicanas provenientes de distintos lugares del país, asistió al Curso de Madurez Afectiva en la Vida Consagrada, una iniciativa de la Asociación de Laicos por la Madurez Afectiva y Sexual (ALMAS) que brinda “herramientas humanas que les permitan fortalecer su identidad como consagrados, establecer sanas relaciones con los demás y desarrollar un claro sentido de su misión”.
El curso reunió a religiosas de cuatro congregaciones: Catequistas de María Santísima, Dominicas de María Santísima, Instituto de Coadjutoras del apostolado Social y Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción.
Según ALMAS, “la madurez afectiva es necesaria para quien como el sacerdote, religioso o consagrado, está llamado al celibato, es decir, a ofrecer con la gracia del Espíritu y con la respuesta de la propia voluntad, la totalidad de su amor y de solicitud a Jesucristo y a la Iglesia”.