En su reciente visita a la sede internacional de la organización Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), la Hermana. Josefa Salas, religiosa de las Clarisas Capuchinas de la diócesis de Cuahutémoc-Madera (norte de México), hizo un llamado a la generosidad de los fieles porque todavía no tienen un convento.
La religiosa contemplativa explicó que las 20 clarisas capuchinas asentadas en Madera “llevan ya 18 años viviendo en una casa provisional”.
Según la Hermana Josefa, las clarisas capuchinas “son la congregación contemplativa más floreciente del mundo” y “en la actualidad, surgen numerosas vocaciones no sólo en México y otros países iberoamericanos, incluido Perú, sino también en África y Asia”.