8 de octubre de 2009 / 06:04 AM
La oportuna decisión de una religiosa australiana permitió que unos 320 niños y adolescentes salvaran sus vidas ante el devastador tsunami que devastó Samoa hace unos días.
La religiosa salesiana Doris Barbero tiene a su cargo la escuela primaria San José en la aldea de Leava, ubicada al suroeste de Samoa Occidental. El terremoto de la semana pasada los sorprendió en clases.
Junto a su equipo de religiosas y laicos, la hermana Doris sabía que tenía poco tiempo para reunir a los alumnos, con edades entre 4 y 15 años, y llevarlos a las montañas para ponerlos a salvo del eventual tsunami.