En la celebración de las vísperas de ayer sábado por la tarde con los obispos, sacerdotes, religiosos, seminaristas y miembros de movimientos laicales en la Catedral de los Santos Vito, Venceslao y Adalberto de Praga, el Papa Benedicto XVI resaltó la urgente necesidad del compromiso de los miembros de la Iglesia “para reforzar los valores espirituales y morales en la vida de la sociedad actual”.
En su homilía el Santo Padre señaló que "amar a Cristo y a los hermanos debe ser la característica de todos los bautizados y de todas las comunidades". Por ello animó a los presentes a "alimentar el amor de Cristo con la oración y la escucha de su palabra; nutríos de Él en la Eucaristía, y sed, con su gracia, artífices de unidad y de paz en todos los ambientes".
Benedicto XVI subrayó que "tras el largo invierno de la dictadura comunista, vuestras comunidades cristianas, han vuelto a expresarse libremente". Sin embargo, añadió, "os dais cuenta de que hoy no es fácil vivir y testimoniar el Evangelio. La sociedad tiene todavía las heridas causadas por la ideología atea y a menudo está fascinada por la mentalidad moderna del consumismo hedonista, con una peligrosa crisis de valores humanos y religiosos y la deriva de un relativismo ético y cultural difundido”.