2 de septiembre de 2009 / 08:14 AM
La polémica reforma sanitaria impulsada por el Presidente Barack Obama ha encontrado una férrea oposición entre políticos y ciudadanos, que se resisten a financiar con sus impuestos la práctica del aborto y la eventual eutanasia de ancianos norteamericanos. Para un destacado experto, la administración Obama aún no digiere este revés y lejos de escuchar los reclamos, los minimiza sin argumentos.
Según Steve Mosher, presidente del Population Research Institute (PRI), a pesar de que el llamado "Obamacare", Programa de Asistencia Médica de Obama, está entrampado en el Congreso y la resistencia ciudadana es notable, tanto el mandatario como "sus voceros continúan burlándose de las fundadas preocupaciones del movimiento pro-vida sobre el financiamiento del aborto y de las visitas ‘médicas’ para analizar el ‘término de la vida’ de los ancianos norteamericanos".
Mosher sostiene que "mediante la movilización de las bases, casi de la noche a la mañana, el movimiento pro-vida y otros grupos de base" han "demostrado al gobierno que al pueblo norteamericano aún le interesan profundamente los temas relacionados al derecho a la vida".