Mons. Ricardo Durand Florez S.J., uno de los obispos más queridos e influyentes de la Iglesia en el Perú, fue convocado a la Casa del Padre este viernes, Solemnidad de San José, tras dejar un ejemplar legado de celo pastoral y de amor por los pobres en uno de los períodos más críticos de la historia del Perú.

Mons. Ricardo Durand nació el 16 de abril de 1917 en Ambo, Huánuco, donde su padre poseía una pequeña hacienda que debió abandonar. Dos años después su familia se trasladó a Lima.

El 10 de marzo de 1934 ingresó a la Compañía de Jesús. En 1936 emitió sus votos y el 18 de diciembre de 1948 se ordenó como sacerdote en San Miguel, Argentina. Regresó a Lima tres años después para desempeñarse como maestro en el Colegio La Inmaculada.

En 1953 fue nombrado responsable de las Obras Misionales Pontificias y un año después responsable de la Cruzada Eucarística. Desde este puesto lanzó la revista “Avanzada”, una publicación misionera infantil y juvenil de un éxito sin precedentes. 

En 1954 fundó Cáritas del Perú con el apoyo del entonces Nuncio Apostólico, Mons. Francesco Nardone, años después esta importante obra social de la Iglesia pasaría a ser administrada por la Conferencia Episcopal Peruana. En 1958 fundó la obra social “Cruz Blanca”, para atender a las necesidades de los niños de bajos recursos.

En 1966 fue nombrado Arzobispo de Cuzco y en 1967 miembro de la Pontificia Comisión de Educación Católica. En 1968 fue nombrado delegado para la Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Medellín, donde presidió la importante Comisión sobre Pobreza.

Un problema cardíaco le impedía seguir en la altura de Cuzco y por ello en 1975 fue nombrado Arzobispo-Obispo del Callao, cargo en el que desempeñó por 20 años.

En 1984 publicó su primer libro crítico a la obra teológica del Padre Gustavo Gutiérrez: “Observaciones a la Teología de la Liberación y La Fuerza Histórica de los Pobres”.

Dos años después publicaría “La Utopía de la Liberación” y en  1996 publicó “Teología de la Liberación Marxista, Teología de la Liberación Cristiana”.

En 1988, en medio de una creciente crisis social y económica, fue elegido presidente de la Conferencia Episcopal Peruana.

El Papa Juan Pablo II aceptó su renuncia al cargo de Arzobispo-Obispo del Callao en 1995, cuando tenía 78 años, tres años después de la edad establecida por el Derecho Canónico.

Mons. Ricardo Durand tuvo una destacada participación en las Asambleas Episcopales de Medellín, Puebla y Santo Domingo e incluso después de su retiro, se mantuvo activo tanto en diversas obras de acción social como punto de referencia para opiniones  y reflexiones en los medios masivos.

Amante de los pobres

Su faceta más conocida durante su largo trabajo pastoral  fue la de ser un infatigable creador de obras de desarrollo social y promoción humana. Hablan de él obras como la “Cruz Blanca”, los Centros de Educación Ocupacional y más de 100 comedores populares y talleres de capacitación  creados en la ciudad portuaria del Callao.

Sin embargo, su acción social más importante fue la de preparar al país para el dramático ajuste económico de 1990, que dejó sin recursos a millones de peruanos.

Gracias a las previsiones que Mons. Durand tomó como Presidente del Episcopado, la Iglesia, a través de Cáritas y otras instituciones, fue capaz de alimentar a más de un millón  y medio de personas durante más de ocho meses; una acción que para muchos expertos, salvó al país del colapso social.

Pero su faceta más saltante fue el celo pastoral que desplegó como Obispo. Como tal, no sólo se preocupó por incrementar las vocaciones sacerdotales, promover la pastoral juvenil y alentar los movimientos apostólicos, sino también aumentar el número de parroquias en el Cusco y el Callao.

Su preocupación por difundir la sana doctrina lo llevó no sólo a publicar libros críticos contra la teología de la liberación marxista, sino a difundir la sana doctrina mediante la publicación de cartas pastorales, la promoción de semanas sociales para difundir la Doctrina Social de la Iglesia, y la convocatoria de dos Congresos Internacionales sobre la Reconciliación en el Pensamiento del Papa Juan Pablo II en 1986 y 1989. El segundo de estos eventos contó con la presencia de la Madre Teresa de Calcuta, además de otras personalidades como el Cardenal Alfonso López Trujillo y el Cardenal Miguel Obando y Bravo.

Preparado para morir

Al cumplir 80 años, en una entrevista con la agencia católica ACI Prensa, Mons. Durand se refirió así a la muerte cercana: 

“Evidentemente, cuando se tienen ya tantos años, no se puede dejar de pensar en la proximidad de ver a Dios. Sé que he vivido gran parte de la vida  y por eso se me han presentado con más frecuencia estas palabras de San Pablo, que agradezco a Dios haya escrito: ‘He combatido el buen combate, he mantenido la fe’. Porque efectivamente he mantenido la fe en Dios y se lo agradezco desde el fondo de mi corazón. La fe que es un gran don, una gracia de Dios. No es que haya tenido dudas, nunca tuve dudas; pero sí cuestionamientos cuando uno está frente al misterio del bien y del mal. Así, pues, hoy con gran gozo y gratitud a Dios puedo decir que he mantenido la fe”.

 

Programa de Exequias de Mons. Ricardo Durand  Florez

 

Las exequias de Mons. Durand Florez S.J. fallecido este viernes 19 de marzo,  Solemnidad de San José  -un santo a quien el Prelado tenía especial devoción-, se realizará de la siguiente manera:

 

·        Hoy viernes 19 –a  partir de las 4:00 p.m.-  y el sábado 20 los restos de Mons. Durán permanecerán en la Iglesia de Fátima en Miraflores, donde residió estos últimos años de su vida.

·        El domingo 21 a las 9:00 a.m., sus restos mortales serán recibidos solemnemente por el Obispo del Callao Mons. Miguel Irízar Campos.

·        El lunes 22 a las 10:00 se realizará la Misa exequial y sus restos reposarán en la Catedral del Callao.