A continuación dijo que para todo cristiano es importante visitar Tierra Santa "por la revelación. Para nosotros, todo empezó ahí. Es como 'el cielo en la tierra'. Un adelanto de lo que nos espera en el más allá, en la Jerusalén celestial".
Tras señalar que los cristianos deben reconocer su raíz judía, el Santo Padre dijo que el diálogo interreligioso debe ahondar en esta relación e indicó que la considera "un desafío, una papa caliente, pero se puede hacer como hermanos. Yo rezo todos los días el oficio divino con los salmos de David. Los 150 salmos los pasamos en una semana. Mi oración es judía, y luego tengo la eucaristía, que es cristiana".
Sobre el antisemitismo, el Papa comentó que "no sabría explicar por qué se da, pero creo que está muy unido, en general, y sin que sea una regla fija, a las derechas. El antisemitismo suele anidar mejor en las corrientes políticas de derecha que de izquierda, ¿no? Y aún continúa. Incluso tenemos quien niega el holocausto, una locura".