En su homilía de la Misa que celebró este lunes en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco explicó que el cristiano debe ser paciente como es paciente Dios con cada uno de sus hijos, porque "la persona que no tiene paciencia es una persona que no crece" y se queda en los caprichos de niño.
"La paciencia no es resignación, es otra cosa": el Papa comentó la carta de Santiago donde está escrito: "alégrense profundamente cuando se vean sometidos a cualquier clase de pruebas". "Parece una invitación a volverse faquir" –observó el Santo Padre según señala Radio Vaticano– pero no es así. La paciencia, soportar las pruebas, 'las cosas que nosotros no queremos', hace madurar nuestra vida".
"Quien no tiene paciencia quiere todo de inmediato, todo de prisa. Quien no conoce esta sabiduría de la paciencia –subrayó el Santo Padre– es una persona caprichosa, como los niños que son caprichosos" y ninguna cosa les está bien.