Sin embargo, subrayó que es "en lo ordinario de la vida" donde "acontece lo sustancial, lo principal. En la vida familiar vivida intensamente. Allí donde amamos y somos amados, donde aprendemos a servir, a olvidarnos de nosotros mismos. A ser felices haciendo felices a los demás".
En esa línea, recordó que es "en esa carpintería de Nazaret" donde también se dignifica el trabajo. "El hijo de Dios trabaja con José, el carpintero, y es el Hijo del carpintero el que está dignificando el trabajo. El trabajo que nació siendo como fruto del pecado original, un castigo, pasa de ser un castigo a ser una vocación cuando Jesús vive el trabajo y lo redime, lo dignifica".
El Prelado también destacó "el valor del silencio" en el mensaje de San Pablo VI. "Jesús permaneció en silencio 30 años […] en esta homilía se está imaginando cómo sería la intimidad de Jesús en la vida familiar. Además de expresarse con plena confianza con su padre y con su madre, trato de absoluta normalidad, […] también viviría los momentos de silencio, propios de aquellos que necesitaba tener para hablar con su Padre Dios", dijo.
El Obispo de San Sebastián dijo que "el bien no hace ruido" y "el ruido no hace bien" y como ejemplo recordó que al visitar la "gruta entrañable de Nazaret en aquella Basílica de la Anunciación, allí también está cómo viviendo ese misterio del silencio de Nazaret".