17 de abril de 2015 / 01:45 PM
La vida de los cristianos en Pakistán lleva décadas siendo muy difícil, pero Ashiq Masih nunca pensó en lo que le tocaría sufrir. Él tiene grabada la fecha del 16 de junio de 2009 en la mente y en el corazón porque ese día todo cambió. Fue el día en el que detuvieron a su mujer, Asia Bibi, denunciada por unas campesinas musulmanas por supuestamente contaminar el agua de un pozo por ser cristiana.
"Ese día nuestra familia fue completamente destruida. Nuestros cinco hijos viven sin su madre, que está en la cárcel. Ellos y yo queremos tenerla con nosotros. Vivir tranquilamente", afirma Ashiq, cuyos ojos demuestran la tristeza y el profundo dolor que sufre desde entonces. A pesar de que la acusación no se ha probado como cierta, Asia Bibi lleva desde entonces en la cárcel y es que en Pakistán es común que la ley 'antiblasfemia' se utilice para saldar asuntos personales.
"Antes de venir a Europa fui a visitarla. Estaba bien", cuenta su esposo a ACI Prensa. "Que esté en la cárcel es el modo más seguro de mantenerla con vida", ya que está fuertemente amenazada de muerte por ser cristiana, además de la condena que pesa sobre ella.