24 de mayo de 2014 / 11:39 AM
Desde la localidad de Betania cerca al lugar en donde Jesús fue bautizado, el Papa Francisco dirigió un discurso a un grupo de aproximadamente 600 refugiados y de jóvenes con discapacidad, ante quieres señaló su gran preocupación por el conflicto en Siria, y expresó su deseo de que Dios convierta a los violentos y a los que tienen proyectos de guerra. El Santo Padre también hizo una fuerte denuncia contra quienes fabrican y venden armas.
El Santo Padre dijo al comenzar sus palabras que "el lugar en que nos encontramos nos recuerda el bautismo de Jesús. Viniendo aquí, al Jordán, para ser bautizado por Juan, se mostró humilde, compartiendo la condición humana: se rebajó haciéndose igual a nosotros y con su amor nos restituyó la dignidad y nos dio la salvación".
"Nos sorprende siempre esta humildad de Cristo, cómo se abaja ante las heridas humanas para curarlas. Y, por nuestra parte, nos sentimos profundamente afectados por los dramas y las heridas de nuestro tiempo, especialmente por las que son fruto de los conflictos todavía abiertos en Oriente Medio".