El 15 de diciembre entró en discusión un proyecto de ley que busca aumentar en cinco días las vacaciones para los trabajadores del ámbito público y privado. Para efectos de esta iniciativa, parlamentarios proponen eliminar cuatro días de feriados legales de los cuales tres son religiosos.
Estos feriados son: la Solemnidad de San Pedro y San Pablo (29 de junio), la Solemnidad de la Asunción de la Virgen (15 de agosto) y la Solemnidad de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre).
Si bien la Iglesia manifestó su aprecio por mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, también se refirió a los efectos que una medida de este tipo podría tener para los católicos del país.