Al cumplir 20 años de apoyo ininterrumpido a las madres, padres y familias que sufren el dolor por la pérdida de un hijo a causa del aborto, el Proyecto Esperanza en Chile hizo un positivo balance del trabajo realizado y la proyección para los próximos años.
El Proyecto Esperanza nació en 1999, inspirado en el Proyecto Raquel, para acompañar la sanación espiritual y emocional de mujeres y varones que sufren las secuelas postaborto, es decir, ayuda a facilitar el encuentro de la madre o el padre con ese hijo que fue abortado.
La meta consiste en ayudar a trabajar el dolor para alcanzar el perdón y la paz, proceso que se logra con la ayuda de profesionales capacitados a través de la acogida, comprensión y confidencialidad.