21 de octubre de 2010 / 09:41 AM
Al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de Rumania ante la Santa Sede, Bogdan Tataru-Cazaban, el Papa Benedicto XVI señaló esta mañana que este país debe continuar el proceso de reconstrucción luego de la caída del comunismo, priorizando el papel de la familia y la educación para combatir la pobreza y fomentar el respeto a la vida.
"Hace veinte años, Rumania decidió escribir un nuevo capítulo en su historia", sin embargo, agregó el Papa, "tantos años pasados bajo el yugo de una ideología totalitaria dejan cicatrices profundas en la mentalidad, la vida política y económica y en las personas. Después del tiempo de la euforia de la libertad, vuestra nación se ha comprometido con determinación en el proceso de reconstrucción. Su entrada en la Unión Europea marcó también un hito importante en la búsqueda de una verdadera democratización".
Benedicto XVI explicó que "para proseguir esa renovación en profundidad hay que enfrentarse a nuevos retos para evitar que vuestra sociedad se base únicamente en la búsqueda del bienestar y el afán de lucro, consecuencias comprensibles tras un período de más de 40 años de privaciones. Pero hay que conseguir que prevalezca la integridad, la honestidad y la sinceridad. Estas virtudes deben inspirar y orientar a todos los miembros de la sociedad".