"Es como si Cristo volviera a ser crucificado y eso significa acompañarlo en su dolor", reflexionó el P. Luis Quintanilla, párroco de la Parroquia San José de Maipo, ubicada a unos 50 kilómetros de Santiago, luego que en la madrugada del 31 de mayo la iglesia fuera profanada por unos desconocidos que robaron las hostias consagradas y otros objetos históricos de gran valor que se exhibían en el museo ubicado al interior del templo.
"Rompieron la puerta del sagrario, sacaron el copón con las hostias consagradas y se lo llevaron. No hemos encontrado las hostias, no sabemos qué hicieron con ellas. Solo pedimos que las devuelvan, aún tenemos esperanza en encontrarlas", expresó el sacerdote diocesano, a cargo de la parroquia San José de Maipo desde hace dos años.
"Es una sensación de dolor y un tanto de fracaso el que te roben lo más preciado que tienes. También es triste al ver a los fieles, verlos tan dolidos causa impacto", lamentó.