La Federación Española de Asociaciones Provida (FEAP) y Derecho a Vivir (DAV) han criticado la "agresividad" y la "actitud antidemocrática" de las jóvenes del colectivo Femen que este martes se han encaramado semidesnudas a la tribuna de invitados del Congreso de los diputados para interrumpir la intervención del ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, al grito de "el aborto es sagrado".

"Es un hecho lamentable y una provocación que refleja bastante la manera de actuar y los pocos argumentos que tienen para defender algo cuando no era el momento ni el tema", según ha indicado la presidenta de FEAP, Alicia Latorre, en declaraciones a Europa Press.

Por otra parte, las asociaciones han pedido que "se trate el tema del aborto con la gravedad que merece" y que "no se desvíe la atención". En este sentido, han criticado que, con acciones como esta, las feministas radicales tratan de "enmascarar el problema y no afrontarlo", según ha indicado Latorre.

La portavoz de DAV, Gádor Joya, ha criticado que haya personas "capaces de ir contra su propia dignidad y la de todas las mujeres, convirtiendo sus cuerpos en una suerte de mercancía política, con tal de defender el aborto".

De hecho, ha insistido en que, acciones como la de Femen, "pone en evidencia la ausencia de recursos científicos, intelectuales, sociales o morales para defender el aborto", por parte del colectivo.

Además, ha reclamado "un feminismo que sí crea en la mujer y en su dignidad, incluso antes de nacer, y que rechace la utilización ideológica de su cuerpo".

Por otra parte, Latorre ha criticado la aprobación de algunos diputados de Izquierda Unida que han aplaudido la actuación de las feministas en el Congreso y ha lamentado la "violencia verbal e incluso física" que, a su juicio, utilizan algunos colectivos vinculados ideológica o económicamente al aborto.

En este sentido, ha señalado que la acción de Femen estaba "muy bien pensada" y ha llamado la atención sobre la consigna "el aborto es sagrado" que, en su opinión, es una provocación, al "darle la vuelta" a la consigna de la Conferencia Episcopal Española de que "la vida es sagrada".