Durante el encuentro sostenido este viernes en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo con el Primer Ministro de Irak, Nouri Kamel Al-Maliki, el Papa Benedicto XVI destacó la necesidad de poner fin a la violencia en el país, incluyendo aquella que afecta a la comunidad cristiana; a la vez que recibió una sorpresiva invitación a visitar Irak.
Según una comunicado de la Sala de Prensa de la Santa Sede, durante el diálogo, "desarrollados en un clima cordial, se han examinado algunos aspectos fundamentales de la situación iraquí, tomando en consideración el contexto regional. Se ha prestado particular atención al tema de los numerosos refugiados iraquíes, dentro y fuera de ese país, que necesitan asistencia, en vista también de un deseado regreso".
También se renovó "la condena de la violencia que casi diariamente afecta a toda la nación, sin ahorrar a las comunidades cristianas, que sienten con fuerza la necesidad de mayor seguridad".