Luego de la protesta de parlamentarios evangélicos y católicos en el Congreso federal de Brasil, la presidenta Dilma Rousseff decidió suspender el controvertido "kit anti-homofobia" elaborado por el Ministerio de Educación (MEC) y diversas entidades del lobby homosexual para escolares.
Sin embargo, un vocero dijo que esta determinación no cambia la política pro-gay gubernamental.
La presidenta decidió retirar el "kit anti-homofobia" que costó más de tres millones de reales (unos dos millones de dólares) porque consideró "inapropiado" el video que acompañaba a los folletos destinado a los niños y jóvenes de las escuelas públicas, en el que se hace una clara apología a la homosexualidad.