La agencia Associated Press (AP) llegó al alejado pueblo de Río Talea, en las montañas del sur de México, para comprobar una historia que muchos se negaron a creer: una mujer salvó a su hijo por nacer practicándose una cesárea en su humilde choza, sin más bisturí que un cuchillo y sin más anestesia que un poco de alcohol.
La heroína de esta historia es Inés Ramírez Pérez, una abnegada madre de siete hijos, incluyendo al que salvó con su coraje. Un reportero de AP la encontró cuatro años después de lo ocurrido, conversó con ella, vio a su “hijo-milagro” y confirmó la proeza con los testigos.
La autocesárea recién fue reportada como real y exitosa en la edición de marzo pasado del International Journal of Gynecology and Obstetrics, con un artículo co-escrito por el doctor Rafael Valle, un obstetra de la Universidad Northwestern en Chicago.