Postulador del Cura de Armero: El nuevo Beato es un espejo para sacerdotes

Postulador del Cura de Armero: El nuevo Beato es un espejo para sacerdotes
Beato Cura de Armero / Foto: Eduardo Berdejo (ACI Prensa)

El fraile trinitario, P. Antonio Sáez de Albéniz, afirmó que el Beato Pedro María Ramírez Ramos deber ser visto por los sacerdotes como "un espejo", siguiendo su ejemplo de vida de oración y de amor a la Eucaristía incluso a riesgo de la propia vida.

El P. Pedro María Ramírez, conocido como el Cura de Armero, fue beatificado el pasado 8 de septiembre en Villavicencio por el Papa Francisco, en el marco de su visita a Colombia que concluye este domingo 10.

"Es un espejo porque tenía una vida de oración muy intensa. Oraba tiempo, tiempo, tiempo delante del Santísimo, tenía una gran devoción a la Virgen, un gran amor a los pobres. Vivía muy pobre. Tenía un carácter un poco austero, pero nunca despreció a nadie, al contrario, a todos sirvió con la mayor delicadeza posible, y perdonó a los que le mataban, eso está clarísimo en los documentos", indicó a ACI Prensa.

Como se recuerda, durante la ceremonia de beatificación, el Obispo de Garzón, Mons. Fabio Duque Jaramillo, leyó una breve biografía en la que recordó la difícil situación política que vivía Colombia en los años en que el P. Ramírez trabajaba pastoralmente en Armero.

En 1948 estalló una revuelta conocida como el Bogotazo a la que siguió una persecución religiosa. En ese contexto, la parroquia de Armero fue atacada. El hoy beato, "consciente de la gravedad del momento y pensando que su muerte estaba cerca, lo primero que pensó fue evitar la profanación del Santísimo Sacramento, conservando una Hostia que él mismo consumió poco antes de morir", señaló el Prelado.

"Era un hombre conciliador, él buscaba la conciliación, pero los otros le rehuían y al contrario, respondían al bien con mal", explicó el postulador, que indicó que el beato "es una figura actual para el tiempo que vive Colombia", que busca la reconciliación tras décadas de conflicto interno.

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El P. Antonio Sáez, de 83 años y con varias causas de beatificación y canonización llevadas a cabo, afirmó que el Beato Pedro María "fue un sacerdote íntegro de pies a cabeza" y tenía "tenía una concepción del sacerdocio tal alta, tan inalcanzable que llegó a sentirse como 'indigno' de ser sacerdote".

Indicó que siendo joven, ingresó al seminario menor y luego al seminario mayor. Sin embargo, "a los 20 años dejó el seminario por esta razón que digo: no se sentía digno y quería probar más fuertemente su vocación".

Así, "ayudado por algún director espiritual, por el Obispo de Ibagué, pues volvió al seminario" a los 28 años en 1928. "Acabó teología y en 1931 fue ordenado sacerdote", señaló.

Tras pasar por varias parroquias, finalmente es enviado a Armero en 1946.

"Él ya conocía muy bien la situación en esta ciudad de Armero. Tenía muy mala fama, estaba muy llena de sectas protestantes muy agresivas; luego (también los) comunistas. Se había perdido mucho la religión, no había práctica religiosa. Pero él, como era lo que era: sacerdote, verdaderamente sacerdote, se puso desde el primer momento a trabajar y nunca hizo un paso atrás", afirmó.

Sin embargo, "eso hizo que mucha gente, entre protestantes, sobre todo comunistas (reunidos en el Partido Liberal), le tuvieran rabia y se la juraron".

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"Entonces cuando estalló esta cuestión política, el asesinato del jefe del Partido Liberal (Jorge Eliécer Gaitán), hubo una explosión". Los comunistas "hicieron todo lo posible para que aquello tuviera eco y fuerza. Destrozaron algunas iglesias, y una de ellas fue la de Armero", relató el postulador.

Señaló que cuando comenzaron a atacar la parroquia, lo primero en que pensó el P. Pedro María "fue en el Santísimo. Consumió el Santísimo, dio a unas monjitas y a otras mujeres que estaban ahí" y se guardó una Hostia "estando seguro que lo iban a matar". "Cuando lo iban a atar, se la tomó como viático", indicó el sacerdote, quien también fue postulador de la causa del Padre Marianito, colombiano beatificado por San Juan Pablo II en el año 2000.

Durante el diálogo con ACI Prensa, el postulador también rechazó la politización que se ha querido dar a la figura del nuevo beato.

"Yo he visto no sé cuántos videos en televisión e internet diciendo mil disparates. Algunos completamente negativos". Incluso decían que el Papa iba a beatificar "a un político", criticó.

"Todo eso es una mentira absoluta. No es verdad. El Beato Pedro María no maldijo a nadie en su vida, a nadie. Ni a su peor enemigo", expresó. En ese sentido, relató que "cuando ya le habían dado el último hachazo, se limpiaba la sangre de la cara como podía el pobre hombre mientras decía 'Señor, perdónales, todo por Jesucristo'". "Eso fue lo último" que dijo, afirmó el postulador.

Asimismo, rechazó que se le haya querido relacionar con el desastre del volcán Nevado del Ruiz de 1985, cuya erupción mató a 20 mil de los 29 mil que tenía entonces Armero. Según rumores, el sacerdote habría dicho antes de morir que "en Armero no quedará piedra sobre piedra y este pueblo será maldito y destruido". Sin embargo, estas palabras nunca fueron probadas.

Sus enemigos "hicieron lo posible para relacionarlo con el desastre ese de Nevado del Ruiz, pero no tuvo nada que ver, en absoluto", enfatizó el P. Antonio Sáez.

Dijo que "parece ser, y he tenido los documentos en mano, hay una declaración que indica, pero muy vagamente que el obispo, cuando le anunciaron la muerte del sacerdote, hubiera dicho en latín, algo así como 'Armero será destruida'". "Pero de él (el beato), en absoluto. Amaba a su pueblo, quería a su gente y dio su vida por su gente. Eso sin duda", afirmó.

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