8 de abril de 2011 / 03:04 PM
El policía Márcio Alexandre Alvez, de 33 de años de edad, quien detuvo de un disparo en el abdomen al asesino que perpetró la masacre ocurrida ayer en una escuela de Río de Janeiro (Brasil) en la que murieron 12 personas – 10 de las cuales eran niños– señaló que "fue Dios quien nos puso allí" para evitar una tragedia mayor.
En declaraciones a la prensa local, Alvez, tercer sargento de la Policía Militar, indicó que "fue Dios quien nos puso allí. Tengan la certeza de que si no hubiésemos sido rápidos, ese atacante habría matado a muchos más jóvenes".
Márcio Alexandre participaba ayer de una operación de rutina fiscalizando vehículos en la Av. Piraquara, cuando fue sorprendido por dos estudiantes ensangrentadas que le dijeron que habían sido heridas por un hombre (Oliveira) que estaba disparando en la escuela municipal Tasso da Silveira, a pocos metros de allí.